domingo, 14 de octubre de 2012

Kafka 3

luz del canto: tus piernas
y Praga sin voces,
Kafka en el barrio, algo
viento, discreto viento de sombra,
algo


tus piernas y sus sombras
la luz del canto en el barrio
y allá Praga, voces, viento
algo de Kafka sobre el suelo



                                                                             Walter

Kafka 2

I

Praga:
luz
voces
viento
algo.

           de las piernas
                     canta la sombra: Kafka


II

Kafka
la voz de un barrio de Praga
como canto de un viento
como luz
                 de la sombra



                                                                                   Leonardo

Kafka 1

en Praga
cantó Kafka para su barrio
en las piernas de las sombras
ante la luz, y contra los vientos,
    voces de algo


                                                                                         Amanda

Haiku (k) 6

cielo, cuna azul
espejo de mi alma
tierra, raíz, perfúmame

                                                    E.G.A.

Haiku (k) 5: Saqueo

campo cósmico, luz
debajo los estruendos
y las rocas en el aire

                                         W.J.

Haiku (k) 4

mucha pachamama
pero él destruyó ayer
plantas salvajes del jardín

                                                                V.N.
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Haikus (k) 3

roen las lentas horas
los cabellos del alba
como fiebre de fósforo

                                                          L.A.

Haikus (K) 2

los rayos puñales
vuelven día la noche
y te beso en el trueno

Oscar migueles

Haikus (K) 1

la muerte se viste
en galopante vida
donde espera su parada


Fernanda Luquez

sábado, 13 de octubre de 2012

Microrrelato



Esa tarde encontré a mi vecino y le pregunté si escuchaba los teléfonos sonar cada noche. Él me respondió que solo escuchaba el timbre de mi teléfono. Me quedé en silencio y sin haberme despedido me fui alejando lentamente.
            Estuve sentado varias horas en el banco de una plaza. De repente, vi cómo se fueron  desmoronando, como migas de pan, los árboles y las casas. Sentía nostalgia por el barrio donde viví mi infancia.
          Luego entendí que estaba atrapado en garras de la noche. Que soltó a su amante: oscura, galante y febril. Ella, la amante, se acercó a mí, lo único que hice fue bailar como nunca en mi vida…


Fernanda Luquez

Poema



Por que vino?
Cual fue su intención?
si tuvo alguna

Esta cansado el dolor
Que es mas fuerte que yo
que quiere morir conmigo

Todo este territrio desvastado
de carne ardida
mundo sin color
no necesita vientos que lastimen
donde ya no cabe el amor


José M

1



-Pronto comenzarán las lluvias. No me gusta esta época del año. 
Así le comentaba Roberto a su amiga Claudia mientras bebían café junto a la ventana del bar.
-Perdón señor, no pude dejar de escucharlo y disiento con Ud.
Le replicó don Jerónimo, sentado a la mesa contigua de Roberto y Claudia.
-Es una época muy necesaria para la naturaleza en general. Además, las lluvias invitan a la reflexión.
-No cuando se tiene que salir temprano de la casa.
-Tampoco a mí me gustan las lluvias.
Respondió Claudia con una mirada cómplice a Roberto.
-Podemos compartir la mesa?
Preguntó don Jerónimo arrimando su silla , sin esperar la respuesta de la joven pareja.
-Claro, todo es cuestión de experiencias previas con este fenómeno. Un café doble para mí .
Pidió dirigiéndose al mozo que se acercó a ellos y continuó su interrumpida conversación:
-Conocí a mi señora una tarde otoñal en una parada de ómnibus bajo una tupida lluvia, esperando, cada unossu línea, mojándonos a pesar de los paraguas. Sentimos la atracción única de dos almas que ya no se separarían.
-Claro,
Comentó Roberto.
-Es como Ud. Dice: todo  es según la propia experiencia. Pero en lo personal, el otoño y la lluvia me entristecen y no lo puedo evitar.
-Yo, en cambio, no tengo sentimientos definidos hacia esta situación
Comentó Claudia contradiciéndose de su primera aseveración.
-Cuando la lluvia favorece las cosechas, me alegra mucho enterarme de ello. Por el contrario, cuando este fenómeno provoca catástrofes, me entristece mucho.
- Yo creo que deberíamos ver con más optimismo los cambios climáticos, al margen de cuánto nos informen las autoridades.
Comentó el interlocutor impuesto  por la circunstancia.
-No es algo que yo pueda elaborar racionalmente.
Replicó Roberto.
-Es lo que siento y es lo que le manifesté en voz alta a Claudia. No fue mi intención  crear una polémica al respecto.
-Claro, así lo comprendí  yo y no hubiera continuado con el tema si no se hubiera interpuesto el señor.
-Perdonen Uds. Hace poco perdí el amor de mi vida y la lluvia me la recuerda. Los dejo continuar, me retiro y les agradezco vuestra amabilidad en permitirme compartir este momento.
-Adiós.
-Buenas noches.


                                                                                                            Sara K

Pérez y su amigo de cama



Lo espera, confía que de vuelta no le falle.
La noche ya está instalada, comienza los preparativos del ritual. Controla puertas y ventanas, asegura las llaves que dan paso a los servicios. Que no torture ninguna canilla lagrimosa u olvidar otros pequeños menesteres. Camino al dormitorio siembra la oscuridad en cada espacio. A la luz del velador nunca la apaga.
… comienza a relajarse, el cuerpo hace las paces con las sabanas. Los pensamientos se arremolinan en la almohada y un suspiro de soledad mal resignada invitara a su amigo a su cama.
Yo soy el amigo de quien hacen referencia. Me apiade de su llamado y vine, ¡por favor déjenos solos, privacidad!
Me recuesto tan cerca de él que no me siente. Contemplo sus parpados cerrados y el gracioso tic nervioso en su ojo izquierdo. Su pulso casi al mínimo, el corazón le camina en dos cornisas. Es agradable la temperatura de su cuerpo, lo abrazo lentamente para llevarle a su mente a mis dominios.
Soportare una vez más el rechinar grosero de su boca; estertores poco elegantes y la sonrisa idiota que no encuentra asidero en ningún lado. Entra también su ronquido entrecortado que por cierto me exaspera. El todavía no quiere hacerse cargo que son pequeños anuncios de algo grave.
Ya está en mis manos; decido. Primero crearle confusión, luego imágenes borrosas, desordenadas, también algo de caos. Paso a coordinarle alguna historia. Juego. Lo real y lo increíble convergen en un puño. Espacio. Una dosis de miedo, breves segundos de sosiego e intercalados olvidos para estacionarlo en suspenso…
Esta noche pondré un aderezo de lujuria en su pijama. Me divierte el pensar como hará al otro día para borrar las indecorosas ojeras.








                                                              Teresa Albarracín

Dentro del sueño



El sueño ha venido por mí,
se arrodilla y se expande.
El miedo me atropella dentro de ella,
de mi casa acongojada por adjetivos vacíos,
porque el  miedo es la casa a oscuras
y un poco del silencio que no acepto dentro del sueño.
Se instala, el sueño me arrolla,
me dice  que la vida fue eso,
ese  gesto de mi cuerpo joven.

El olvido me despierta,
no deja de gritarme en silencio.
El silencio se muere sobre el cumpleaños de los niños.
Felices ellos que festejan su aproximación a la muerte.
que mueren al condicionamiento del afuera
Ellos, que viven gesticulizando las horas,
las que se me han ido asistiendo a los días fúnebres.

 El sueño ha  venido por mí,
me despierta  en un gran olvido,
me abraza sobre la oscuridad que desconozco
y me muestra una distancia excesivamente breve
entre la casa y la que me soy dentro del sueño.

Lucía Santillán